Los coworkings en Andorra: solución perfecta para avalar la substancia

Andorra sigue posicionándose como uno de los referentes empresariales gracias a las facilidades que va poniendo a los empresarios para hacer en su país la sede de sus empresas.

La substancia, en realidad, es un concepto que determina la fiscalidad de sociedad, ya que, sin sede en el Principado, podría considerarse que la sociedad no es residente y, por tanto, se llevaría la fiscalidad al estado donde reside de forma habitual el administrador y socios.

“Una empresa andorrana debe cumplir con la substancia a nivel de medios materiales y humanos para poder justificar una sede efectiva en Andorra” explican de Smart Executive Centers un centro de negocios y coworking especializado en este tipo de procesos para evitar que las empresas tengan que tributar sociedades en España en vez de en el Principado.

Entre los requisitos para poder avalar la substancia, se encuentra, como mínimo, un espacio físico donde domiciliar el comercio de la sociedad.

Desde el año pasado, se permite ya domiciliar el comercio en un coworking, opción que previamente estaba reservada a despachos privados. A esto hay que sumar la necesidad de demostrar el recurso humano a través de la figura de un socio, administrador o trabajador residente, para quienes se debe aportar un contrato laboral o un contrato mercantil con un administrador o autónomo residente que presta servicios a dicha sociedad.

“Otros medios materiales como gastos operativos de telefonía, internet, electricidad son indicios de substancia en el país y de que haya una estructura real con actividad de valor añadido en el Principado” explican, ya que para demostrar toda la operativa se puede exigir un contrato de alquiler de oficina o las citadas facturas de suministros que puedan defender una operativa real desde el Principado.

Los coworkings como solución

Actualmente, en Andorra, hay cuatro coworkings que forman parte de la solución para poder demostrar que existe la mencionada substancia que avale la actividad en su territorio a través de los medios materiales y humanos.

El coworking facilita el espacio físico, puede aportar prestación de servicios administrativos para añadir valor para la empresa operando y facilitar también en despachos privados líneas de teléfono y de luz, internet a nombre de la empresa domiciliada ahí.

Tanto es así que se ha duplicado el espacio por la demanda que se ha percibido de empresas pequeñas unipersonales, autónomos y empresas tipo pyme, con pocos trabajadores que han optado por despachos privados para el desempeño de su actividad laboral gracias a precios más que asequibles entre los 250 y 400 euros.

Algunos coworkings como Smart Executive Centers también facilitan servicios de contratación y gestión de personal para empresas que necesitan recursos humanos en el Principado. “La clave es facilitar al cliente todos los servicios que necesite para implantarse en el país según las reglas de la fiscalidad internacional y para acompañarle en gestión administrativa diaria aparte del espacio alquilado”.