La Academia Dominicana de la Gastronomía (ADG), rindió un homenaje póstumo a la experta gastronómica, dona Esperanza de Lithgow, por su legado culinario, asi como fomentar, rescatar y posicionar internacionalmente la gastronomía dominicana.
El reconocimiento, a quien fue designada “Embajadora de la Gastronomía Dominicana”, fue entregado a su esposo, el doctor Franklin Lithgow por el presidente de la ADG, Enrique de Marchena Kaluche, junto a Luis Ros Cubenas, secretario, durante un acto en el local de la entidad.
Al recibir el galardón, Franklin Lithgow dijo que “ciertamente, el esmero, el entusiasmo y la pasión de Esperanza Lithgow (Esperancita) por los platos y sabores, en un maridaje de tradición y creación, en su dilatado empeño por dar a conocer la comida dominicana, viajaron por el mundo y quedaron grabados en el alma nacional”.
Así lo expresó el doctor Lithgow, esposo de Esperancita durante el homenaje y recordación que le hiciera la Academia Dominicana de la Gastronomía (ADG), acto que contó con la presencia del excelentísimo señor embajador de España en el país, Alejandro de Abellán.
Lithgow, dijo que la gratitud es el sentimiento que mejor embellece el éxito de los seres humanos, “y por esa razón irrebatible agradezco a esta academia en la memoria de Esperanza Lithgow” la solidaridad le brindaron.
Índico, que cinco siglos después, en una orilla y otra del Atlántico, se apostó a la riqueza de “nuestra diversidad y a la renovación de la esperanza con la gastronomía”, lo que nos hace pensar y sentir a España en todas sus dimensiones y generosidades, en la grandeza de su legado y el protagonismo que compartimos en la forja del Nuevo Mundo”.
Ese fue el puente –manifestó- que unió a Esperancita en su trayectoria de largos años para escoger “con firmeza y dedicación los amigos de la culinaria vernácula”, en esta tierra “bendecida por buena comida, preparada y servida con la amorosa sonrisa a dominicanos y extranjeros”.
El doctor Lithgow dijo sentir una particular emoción al recibir el reconocimiento en el local de la Academia, “porque nos regala la satisfacción de confirmar” su laboriosidad su esfuerzo para permanecer “unidos en el propósito de que nuestra gastronomía ocupé el lugar preponderante que merece, por su sabor, colorido, variedad e historia”.
Al finalizar sus palabras, anunció que su hijo Franklin Lithgow tiene un ambicioso proyecto en memoria de la obra de Esperancita, que incluye libro, cine y video para el que pidió respaldo de la Academia Dominicana de la Gastronomía.