La directora del Museo de las Casas Reales, Elizabeth Hazim , dio la bienvenida a la exposición Caminando Huellas de un artista, del pintor banilejo Orlando Isaac Soto, luego de estar abierta, en la sala de exposiciones del Centro Cultural Perelló, para el público banilejo. Eizabeth Hazim se expresó a nombre de la Ministra de Cultura Carmen Heredia y destacó la importancia de que la exposicion sea recibida por el Museo de las Casas Reales en Santo Domingo, para el publico que disfruta de las artes en la capital.
Doña Julia Castillo directora del Centro Cultural Perelló, agradeció la acogida de la exposición en un museo como el de Las Casas Reales, por el componente historico que encierran los muros de la estructura colonial, enclavada en el centro de la ciudad intramuros. La gestora Cultural destacó sus vinculos afectivos con el pintor Banilejo y narró algunas anecdotas vivenciales, que marcaron la amistad que le une al artista, desde la adolescencia.
Doña Julia destacó que: “El Centro Cultural Perelló tiene como misión descubrir y proyectar el talento identitario de la provincia Peravia y uno de esos tesoros perdidos en las decadas de los 70s y 80s, se encuentra en la figura del pintor banilejo Isaac Soto”.
Isaac Soto por su parte dio las gracias al Ministerio de Cultura, al Museo de las Casas Reales, al Centro Cultural Perelló y a su directora Julia Castillo; y enalteció la inmensa labor de su curador Son Will Torres Felix. Tambien resaltó la colaboracion del Colegio de Artistas Plasticos y al público que estuvo presente en el acto.
El curador Son Will Torres señala que: “El color es el protogonista de toda la muestra, es el elemento que mas se atreve y conquista por su conjugación divertida y complementaria en el abordaje de temas de género pictórico como: Obejtos y alimentos sobre una mesa o perfiles humanos en detenida pose; es la pretensiosa provocación cromática que genera satisfacción y valor singular en las piezas presentadas”.
Orlando narró que la primera vez que vio un artista pintando fue al pintor Jorge Severino, que hacia el retrato de su esposa, que en ese tiempo era Gisela Olaverria, cuando el contaba con 17 años. Habló del proceso que agotó hasta convertirse en pintor, su salida al extrangero y sus largos años viviendo en Alaska, donde realizó algunas individuales en la ciudad de Anchorage.
Personalidades del mundo del arte, acudieron a presenciar la exposición de este artista del Sur de la República Dominicana, que salio de Baní a formar parte de la diáspora que mejor nos representa. Ahora regresa con lienzos cargados de colores pasteles, donde la intensidad de los trazos nos cuentan que a pesar de la distancia, cargada de ausencia, que lo alejó de su pueblo por muchos años, en la paleta de colores y sobre el lienzo de cada pintura, el alma banileja late, teñida de emoción y el colorido de un pintor que imprime a su obra, el amor que siente por su Baní natal.