En 2021, sólo el 31% de la población mayor de 15 años en Chile había ahorrado en una institución financiera, con tasas especialmente bajas entre los más pobres, lo que les priva de los beneficios de una serie de servicios financieros, como cuentas de ahorro, crédito y productos de seguros.
La importancia de aumentar la inclusión financiera y, en el proceso impulsar el ahorro en América Latina y el Caribe, es cada vez mayor, dado el envejecimiento de la población y los bajos niveles de ahorro de la región. Una iniciativa destinada a alcanzar este objetivo en Chile fue Chile Cuenta (CC), que cambió la forma de pago de los subsidios del Programa Puente (PP), un programa de transferencias monetarias condicionadas para los más vulnerables, pasando de pagos en efectivo a depósitos directos en cuentas bancarias.
Un experimento en Chile
Trabajamos con el gobierno chileno y el banco estatal de Chile para evaluar dicha iniciativa, dividiendo aleatoriamente a los participantes en un grupo de tratamiento y un grupo de control. Al grupo de tratamiento se le ofreció la opción de recibir los subsidios mediante depósito directo en una cuenta bancaria, mientras que el grupo de control siguió recibiendo sus pagos en efectivo, a menos que solicitaran de forma individual e independiente cambiar el método de pago.
Analizamos los datos del banco receptor de las transferencias durante los 12 meses anteriores al ofrecimiento y casi tres años después de éste, así como las encuestas realizadas a los participantes dos o tres años después del ofrecimiento. Aunque el 55% de los participantes del grupo de tratamiento optó por los pagos directos en cuentas bancarias, la oferta no tuvo ningún impacto en el ahorro total en el banco asociado. Tampoco afectó otras variables comúnmente asociadas con una mayor inclusión financiera, como el aumento de los activos promedio de los participantes y la confianza en el banco ejecutor.
Un impacto significativo para las personas con poca experiencia bancaria
Sin embargo, se produjo un efecto muy significativo. En el 15% de los participantes que no tenían un saldo positivo en su cuenta en el momento de la oferta, los ahorros aumentaron considerablemente en US$60 por persona en el banco asociado, lo que equivale aproximadamente al 3% de los ingresos anuales de estos participantes y al 6,7%-18,6% de las transferencias del Programa Puente. Además, entre estos participantes, los aumentos de ahorro se observaron tanto en las cuentas que recibían las transferencias directas como en las cuentas de ahorro, lo que significa que los participantes estaban transfiriendo dinero a las cuentas con las opciones de ahorro más beneficiosas.
El programa también redujo los costos gubernamentales relacionados con el pago de subsidios y puede haberles ahorrado a los participantes gastos de transporte hacia los centros de pago.
Un ejemplo para una mayor inclusión financiera
En los últimos años, países como Brasil, Colombia, México y Perú han cambiado sus sistemas de transferencia de efectivo a modalidades que implican depósitos directos a cuentas bancarias. Esto se ha hecho con la idea de aumentar la seguridad, reducir la corrupción, generar un procesamiento más costo-efectivo para el gobierno y promover la inclusión financiera, con todos los beneficios añadidos que conllevan los servicios financieros formales para los receptores, como el acceso a cuentas de ahorro y al crédito. Nuestro estudio demuestra que, aunque no todos estos objetivos se alcanzaron en Chile, el cambio a depósitos directos puede generar importantes aumentos en los saldos de las cuentas, especialmente para quienes carecen de experiencia previa con cuentas bancarias. De este modo, dicho cambio puede contribuir a mejorar la inclusión financiera y fomentar el ahorro en América Latina y el Caribe, así como en otras regiones.