ARTÍCULO: Los costos ocultos de los medicamentos de alto valor

Por: Catalina Gutiérrez, BID Comunicaciones

La velocidad con la que están emergiendo nuevas tecnologías de la salud no tiene precedentes. Algunas traen mejoras significativas a la salud para condiciones previamente intratables, mientras que otras ofrecen beneficios clínicos modestos. Estas innovaciones ponen presión a los presupuestos en todas partes y, aunque sea políticamente difícil de aceptar, es un hecho que ningún país, por más rico que sea, puede financiar todas las terapias y tratamientos que todas las personas necesitan. Elegir financiar algunos servicios implica necesariamente no financiar otros, y estas decisiones tienen consecuencias para la salud de la población.

Técnicamente, esto se conoce como el costo de oportunidad: el beneficio que podríamos haber recibido, pero al que renunciamos por haber tomado otro curso de acción. ¿Cuál es el costo de oportunidad de financiar medicamentos de alto costo en países de ingresos bajos y medios?,¿debería tenerse en cuenta el costo de oportunidad en el proceso de toma de decisiones?

El costo de oportunidad de financiar medicamentos de alto costo: el caso de Colombia

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo publicado en 2023 estimó cuánta salud se gana o se pierde en Colombia al financiar 10 medicamentos de alto costo, seleccionados en función de su impacto presupuestario y costo anual por paciente y/o tratamiento.

Los colombianos tienen acceso a un amplio rango de servicios de salud, a través de un programa de beneficios explícitos provisto por el sistema nacional de aseguramiento. También pueden obtener tratamientos no incluidos en dicho programa, mediante solicitudes especiales del médico tratante o de una orden judicial.

A través de la información oficial sobre los tratamientos no incluidos en el plan de beneficios, los autores calcularon el costo de oportunidad de 10 medicamentos, entre los cuales se encuentran aquellos con el mayor costo por paciente y/o con el mayor impacto sobre el presupuesto de salud.

Los medicamentos seleccionados tratan enfermedades huérfanas, desórdenes autoinmunes o degenerativos, cánceres y diabetes. Anualmente, benefician a 23.261 pacientes a un costo por paciente de entre US$614 y US$179.000. Para cuantificar el costo de oportunidad de estos medicamentos, los autores calculan los Beneficios Netos en Salud (BNS).

En términos generales, el BNS es la salud adicional que ofrece el medicamento de alto costo en comparación a la alternativa, menos la salud que puede alcanzarse si los recursos adicionales necesarios para financiar dicho medicamento se usaran, en cambio, para mejorar la oportunidad y el acceso a los demás servicios en todo el sistema de salud.

Los resultados muestran que los 10 medicamentos de alto costo proporcionan beneficios adicionales que van desde dos semanas hasta un año y medio de vida en perfecta salud durante todo el tratamiento, con un costo acumulado para el sistema de salud de US$543,5 millones durante el transcurso de los tratamientos de todas las personas que los reciben. Si estos recursos se invirtieran en el sistema de salud en su conjunto, la población colombiana ganaría 88.000 años de vida en perfecta salud.

Mira el webinar sobre los casos de Colombia y República Dominicana aquí

 

Un análisis sobre los costos y el impacto de los medicamentos

Otros resultados interesantes emergen del estudio. Contrario a lo que podría esperarse, los medicamentos con precios más altos no siempre tienen los mayores costos de oportunidad. Un ejemplo es el aflibercept, que se usa para tratar la degeneración macular, que tiene un precio de US$2.100 por año por paciente: dado su limitado beneficio adicional (dos semanas durante todo el tratamiento) y la cantidad de pacientes que lo reciben, tiene el segundo mayor costo de oportunidad: de 17.000 años de vida en perfecta salud (ver Tabla 1). Es decir, incluso medicamentos de precios moderados pueden tener costos de oportunidad significativos, si sus beneficios clínicos son limitados y si son prescritos para una gran cantidad de pacientes.

Otro resultado interesante es que, aunque mayores precios en promedio se asocian con mayores ganancias en salud, esta relación es, a lo sumo, tenue. Por ejemplo, tanto el nusinersen para la atrofia muscular espinal como el abatacept para la artritis reumatoide proveen 1,4 años adicionales en perfecta salud comparados con sus tratamientos alternativos; pero el primero a un costo adicional de US$1,5 millones durante el tratamiento contra apenas US$24.000 para el segundo.

Finalmente, algunos medicamentos de alto costo registran una gran variabilidad de precios de mercado. Esto afecta el costo de oportunidad y hasta puede hacer que el medicamento de alto costo sea una mejor alternativa. Un ejemplo es la lenalidomida, para ciertos casos de leucemia. Para la estimación inicial se usaron precios promedio de mercado tanto para la lenalidomida como para su comparador (bortezomib). Pero al usar los precios más bajos entre los reportados para ambos medicamentos, la lenalidomida resultó más efectiva y menos costosa, con un beneficio neto de 376 años de vida saludables.

El proceso decisorio debe incorporar cuestiones más allá de la eficiencia –incluyendo la equidad y la priorización de quienes sufren mayor padecimiento. Pero estos resultados ilustran que las decisiones tienen costos en términos de ganancias y pérdidas en vidas, así como en la calidad de vida. Por lo tanto, los países que busquen mejorar la salud poblacional deberían incluir el costo de oportunidad en la toma de decisiones para alinear las políticas de manera acorde.

Las evaluaciones económicas pueden ayudar a tomar decisiones informadas al explicitar los costos de oportunidad, y los países pueden adoptar un amplio abanico de políticas para minimizar el costo de oportunidad de los medicamentos de alto costo.