ARTICULO: Reflexiones sueltas de Navidad, en camino a un turbulento cambio de época

Por: Lic. Pelegrín Castillo Seman
Vicepresidente, Fuerza Nacional Progresista
Ex Ministro de Energía y MInas de la R.D.

La Era Axial es el nombre con que Karl Jaspers definió un período singular de la historia humana, donde aparecieron simultáneamente, en espacios diferentes y distantes, sin conexión entre sí, grandes figuras que configurarían un sentido espiritual de la humanidad, marcado por la compasión…

Entre el año 800 y 200 antes de la Era Común o Axial…el Tiempo Eje apareció en China, India, Oriente Medio y Mediterráneo Oriental, con tipos representativos y visiones coincidentes acerca del sentido de lo humano, la compasión y trascendencia…sin conexión entre sí. Con la plenitud de la historia, ese proceso conduciría tiempo después a Jesus, el Cristo…

En la Era Axial se distinguen los grandes profetas de Israel, que con sus mensajes prepararon el momento cumbre de la revelación de Dios: la venida del Mesías, que no era otro que Dios hecho Hombre, el Logos encarnado. Incursión que partió la historia humana en dos: antes de Cristo y después de Cristo…

Esa manifestación mayor de Dios en la historia que es Cristo, enraizado en el mensaje de los grandes profetas de Israel, empezaría así su andadura universal, y se potenciará con otra manifestación de la era Axial: el pensamiento de los grandes filósofos griegos. Entonces, el Imperio Romano pasaría a ser su primera gran fragua…
Las manifestaciones de Dios en la historia de la humanidad han sido muchas: la más alta expresión, el punto más elevado, que marca la plenitud de los tiempos, es la de Dios hecho Hombre. Jesús cómo Rostro Humano de Dios…como Camino que nos lleva a permanecer con el Padre, y nos muestra cómo volver a Él…

Que Dios haya irrumpido en la historia humana, como un niño nacido en un Pesebre en Belén de Judá, de una humilde familia judía, para dar cumplimiento a la palabra anunciada por los profetas mayores de Israel…cambiaria para siempre la relación con Él: surgió la filiación divina, y con ella, una nueva forma de libertad: la Libertad de los Hijos de Dios…

Jesus, desde su nacimiento humilde y aislado hasta su muerte injusta y desgarradora, nos muestra además que si Dios está en el maravilloso cielo estrellado, también se encuentra en todas sus criaturas, precarias, finitas, pecadoras, y que la fuerza que lo mueve todo es su Amor y su Misericordia…

Jesus, el hijo de Dios, irrumpe en la historia del mundo bajo formas insospechadas para el entendimiento humano: mientras muchos esperaban una venida de un Mesías, espectacular, imponente, liberador de las opresiones humanas, el plan divino marchó por otro lado: contemplaba el nacimiento en un pesebre, de pequeña aldea, en una región relegada…

Pero si lo analizamos bien, tiene todo el sentido que Jesus fuera judío: es en este pueblo especial donde la revelación de Dios a la humanidad, había alcanzado su más espléndido desarrollo. De los pueblos de la antigüedad, Israel proclama la existencia de un solo Dios del Universo…

El monoteísmo de Israel, de un Dios que que no se cansa de pactar, incesantemente, con sus criaturas libres, con su pueblo escogido-que con frecuencia le son desleales, o lo olvidan-, se convirtió en la médula de su existencia, de su perfil como nación, de una pasión divina. Solo hay que recordar las gestas de los Macabeos. Sin embargo, el mensaje de Dios desplegado en el plan divino, aunque se incubara en Israel con más prominencia, tenía que universalizarse, dejar de ser exclusivo…

Lo maravilloso es que Jesus es el Verbo Encarnado en un Niño, que luego demostraría con su paso por la vida humana, y su sacrificio en la Cruz, que Dios es sencillamente Amor…que puede más que el dolor de los pecados, la enfermedad y la muerte. Un Dios que no cesa de perdonar, y que es personal y cercano para todos, sin acepción alguna….
El Dios único, de todo el universo, de todas las naciones y criaturas, pasa de ser un Dios abstracto y distante, cuyo nombre no se puede mencionar a un Dios personal, íntimo, entrañable …con el que podemos interactuar en todo momento, porque en él estamos y él está en nuestra existencia, en nuestro corazón…

Unas décadas antes del nacimiento mesiánico, fuera del mundo judio donde nacería Jesus, el Cristo, Virgilio, el gran poeta latino, escribiría la Egloga IV con claro carácter profético, acerca del Niño de origen divino, que nacería de una Virgen, para dar origen a una nueva Edad Áurea…

Toda la corriente filosófica estoica ya preparaba también el terreno al cristianismo en la antigüedad grecolatina. El mejor ejemplo es Seneca, asesor de Nerón, contemporáneo de Jesús y de Pablo, que ha sido asumido como precursor del mensaje cristiano. San Agustín lo entendió y proclamó así…

Nuestra condición de Hijos de Dios, que se resalta con el nacimiento de Jesús, no solo da un nuevo sentido a nuestra libertad y razón- que es buscar hacer su voluntad-, sino que nos guía a encontrar a Dios en los demás. El sentido de dignidad e igualdad de todas las personas tiene raíz evangélica…

Si Dios Padre se hizo hombre en Cristo:¿por qué algunos se extrañan que se convierta en Pan y Vino? Con el sacrificio en la Cruz terminó la era de los ritos de sangre…y comenzó el memorial del sacrificio,acompañado de entrega generosa de todos los días: “corazones quiero y no sacrificios”…

Prueba de Gamaliel: cuando los primeros cristianos daban testimonio de Jesús el resucitado, fueron perseguidos con escarnecimiento. En el Sanedrín lo querían liquidar, pero el sabio y prudente advirtió: si su mensaje no es de Dios se disolverá en el tiempo, sí en cambio lo es, estaremos combatiendo contra Dios…

Hoy que el mundo está revuelto, cada vez más confundido, desorientado… cuando está sumido en profundas crisis de civilización a escala planetaria, viendo cómo se derrumba la utopía de imperio global y luchan los totalitarismos, el mensaje del evangelio tiene plena vigencia…

“No tengan miedo”y “Jesucristo ayer, hoy y siempre”, fueron los poderosos mensajes de San Juan Pablo II, en un momento en que la humanidad vivía una coyuntura histórica particularmente intensa, cuando se derrumbó el inmenso imperio totalitario y ateo de la URSS. Jesus, el verbo encarnado, es un mensaje que nunca pasa…por qué su Padre es Yo Soy…

Morin, fundador del Pensamiento Complejo…cuando evaluaba rumbo de la Globalización se preguntaba si iría al abismo o a una gran metamorfosis. Para orientarse apelaba a frase sibilina de Heidegger: “buscar el futuro en el origen”…¿ un nuevo tiempo axial o un humanismo con Dios ?…

Después de Cristo empezó a cristalizar un humanismo teocentrico…que se cerró sobre sí mismo en un clericalismo obtuso, ganoso de poder y riquezas, y como reacción a sus crisis, emancipado por la modernidad, surge un humanismo antropocéntrico, que ha terminado por prescindir de Dios…

Actualmente, el humanismo antropocéntrico está perdido en sus laberintos, se hunde cada vez más en su mundo de relaciones líquidas, de civilización materialista,hedonista,consumista, individualista,relativista…se pierde en la aberrante utopía del transhumanismo…se deforma en una economía planetaria canalla y cartelizada…se diluye en una Europa negadora de sus raíces, en la perplejidad de un Occidente que no sabe enfrentar su último engendro, de una China totalitaria Capicomunista…

En la crisis general que vivimos-más que épocas de cambios, cambió de época, como dijeron los obispos de América Latina en Aparecida-, surgirá la necesidad de buscar en el Humanismo Integral, cómo lo anticipó Maritain, la reconciliación de la criatura humana con su creador…pero eso será después que se derrumben las nuevas y encumbradas Torres de Babel, que ha erigido la soberbia humana muy lejos de Dios…