“Lo importante es asegurar que las economías menos adelantadas cuenten con un apoyo externo que permita a sus empresas insertarse y ascender en las cadenas de valor. Y a sus trabajadores elevar su productividad y sus salarios”, así se expresó Danilo Medina durante el discurso que rindió ante la Cumbre de las Américas que se lleva a cabo en Panamá.
Resaltó que desde hace pocos años, cada vez es más habitual que las iniciativas de coordinación e integración de los países americanos se vean acompañadas de los representantes del sector privado, lo que consideró que una dinámica muy sana.
“Porque los Gobiernos podemos abrir relaciones, disminuir aranceles, o impulsar proyectos de cooperación en muchas materias. Pero en el día a día, son ustedes los que viajan de un país a otro, firmando miles de contratos, ampliando los intercambios, extendiendo las redes logísticas y creando la mayor parte de los empleos”, dijo Medina.
Agregó que “son ustedes quienes están tejiendo una red de negocios y oportunidades, que une cada vez más fuertemente los destinos de todos nuestros países, desde la península del Labrador a Tierra de Fuego”.
“Creemos que las alianzas entre el sector público y el privado son la mejor forma de abordar los retos y oportunidades que se nos presentan”, reiteró Medina.
Millones de personas saliendo de la pobreza en AL
Dijo que “como saben, la mayoría de los países de América Latina han experimentado en los últimos años importantes avances, con millones de personas saliendo de la pobreza para integrar las nuevas clases medias”.
“De hecho, América Latina es, a continuación de Asia, donde mayor población se incorporará a la clase media, con más de 130 millones de personas alcanzándola antes del año 2030, según la OCDE”, destacó el mandatario.
Precisó que queda el reto de mantener el ritmo de este cambio para consolidar lo logrado y blindar los avances ante posibles coyunturas que podrían poner en peligro las nuevas expectativas de progreso que se han abierto a los pueblos de la región.
Asimismo, igualmente el reto de seguir reduciendo la brecha de la desigualdad en nuestro continente. Pues sabemos que, de no hacerlo, no solo estaremos abandonando en la exclusión a amplias capas de nuestras sociedades, sino que además pondremos en riesgo la estabilidad de nuestras democracias.
“Y para lograrlo, es preciso acelerar esta transición a unas sociedades de clases medias, acompañadas de políticas sociales, para incrementar el capital social. Pero las políticas sociales fundamentales, por si solas, no generarán el crecimiento y los millones de empleos de calidad que necesitamos a medio plazo”, agregó.
Destacó la necesidad también de “estrategias coherentes para insertar nuestros países en la economía global y fomentar el comercio, tanto entre nuestras naciones americanas, como con el resto del mundo”.
“Mi propuesta de hoy es que exploremos juntos la mejor manera para que nuestras economías se inserten plenamente en el nuevo modelo de encadenamientos productivos, que está transformando profundamente la forma de producir bienes y servicios en todo el mundo; para sacar el máximo provecho de ellos y avanzar en nuestras metas de desarrollo”, manifestó.
80% comercio corresponde a cadenas de valor
Destacó que “cerca del 80% de las exportaciones mundiales de bienes y servicios corresponde hoy en día a comercio en cadenas de valor, asociado a la participación de empresas multinacionales”.
“Tal y como explica el excelente estudio elaborado por la CEPAL: Integración regional, hacia una estrategia de cadenas de valor inclusivas, este fenómeno ha sido posible gracias a la progresiva disminución de las barreras al comercio y a la Inversión Extranjera Directa, la reducción de los costos de transporte y los adelantos en las Tecnologías de la Información”, explicó Medina.
Expresó que “de hecho, muchos de los puntos de vista que les compartiré hoy proceden de la visión expresada en dicho estudio, que ha sido para mí el marco conceptual en el que se fundamentan estas reflexiones”.
Reveló que hay una tendencia creciente a que el proceso productivo se extienda a lo largo de varios países, en industrias tales como la automotriz, la electrónica, la aeronáutica, la farmacéutica y la textil.
“Hoy día es posible que actividades como la investigación y desarrollo se lleven a cabo en un país, la producción en un segundo, la distribución y comercialización en un tercero mientras que las finanzas y los servicios de posventa, pueden estar produciéndose en un cuarto”, adujo.
Dijo en ese sentido, que “en este nuevo escenario, un país no tiene por qué especializarse en la producción íntegra de bienes o servicios finales, sino que pueden buscar especializarse en determinadas tareas, aprovechando así fortalezas como su cercanía a otros mercados, su acceso a alguna materia prima, su tradición fabril en determinada área, un marco legal propicio o cualquier otra ventaja comparativa”.