Flujos de remesas desafían las previsiones y siguen siendo sólidos durante la pandemia

CIUDAD DE WASHINGTON, 19 de mayo de 2021. Pese a la COVID-19, los flujos de remesas demostraron su resiliencia y disminuyeron menos que lo previsto en 2020. Según la última edición de la Reseña sobre migración y desarrollo, los países de ingreso bajo y mediano recibieron flujos de remesas registrados oficialmente por USD 540 000 millones en 2020, apenas un 1,6 % por debajo del total de USD 548 000 millones de 2019.

La disminución de 2020 fue menor que la que se produjo durante la crisis financiera mundial de 2009 (un 4,8 %). También fue bastante inferior a la caída de los flujos de inversión extranjera directa (IED) a este grupo de países, que sin incluir los flujos provenientes de China, disminuyeron más de un 30 % en 2020. Como resultado, durante 2020, los flujos de remesas a los países de ingreso bajo y mediano superaron los volúmenes de IED (USD 259 000 millones) y de asistencia externa para el desarrollo (USD 179 000 millones).

Los principales factores que sostuvieron los flujos incluyeron los estímulos fiscales otorgados en los países de destino de los migrantes, que mejoraron las condiciones económicas con respecto a las previsiones; la transición del dinero en efectivo al dinero digital para el envío de remesas, y de los canales informales a los formales, y los movimientos cíclicos en los precios del petróleo y de los tipos de cambio. Se estima que el verdadero volumen de las remesas, que incluye los flujos formales y los informales, es superior a los datos oficiales, si bien el alcance de los efectos de la COVID-19 sobre los flujos informales no está claro.

“Mientras la COVID-19 sigue devastando las vidas de las familias en todo el mundo, las remesas continúan siendo vitales para las personas pobres y vulnerables”, señaló Michal Rutkowski, director mundial del Departamento de Prácticas Mundiales de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial. “Las respuestas de políticas de apoyo y los sistemas nacionales de protección social deben abarcar a todas las comunidades, incluidos los migrantes”.

Los ingresos de remesas aumentaron en América Latina y el Caribe (6,5 %), en Asia meridional (5,2 %) y en Oriente Medio y Norte de África (2,3 %). Sin embargo, cayeron en Asia oriental y el Pacífico (7,9 %), en Europa y Asia central (9,7 %) y en África al sur del Sahara (12,5 %). El declive en los flujos enviados a África al sur del Sahara respondió casi en su totalidad a una caída de un 28 % en los flujos de remesas a Nigeria. Si se excluyen los flujos a Nigeria, las remesas enviadas a África al sur del Sahara aumentaron un 2,3 %, lo que demuestra su resiliencia.

El desempeño relativamente sólido de los flujos de remesas durante la crisis provocada por la COVID-19 también pone de relieve la importancia de disponer oportunamente de datos. Dada la creciente importancia de las remesas como fuente de financiamiento externo para los países de ingreso bajo y mediano, es necesario mejorar las actividades de recopilación de datos sobre las remesas, en aspectos referidos a la frecuencia, la disponibilidad de los datos en tiempo casi real y la granularidad por corredor y canal.

“La resiliencia de los flujos de remesas es notable. Las remesas están ayudando a satisfacer la creciente necesidad de las familias de contar con medios de subsistencia”, dijo Dilip Ratha, principal autor del informe sobre migración y remesas y director de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD). “Ya no pueden considerarse como insignificantes. Hace casi dos decenios que el Banco Mundial viene haciendo un seguimiento de los flujos migratorios y de remesas, y estamos trabajando con Gobiernos y asociados para elaborar datos oportunos y lograr que los flujos de remesas sean aún más productivos”.

El Banco Mundial ayuda a los Estados miembros a hacer el seguimiento de los flujos de remesas a través de diversos canales, así como de los costos y la facilidad para el envío de dinero, y de las regulaciones dirigidas a proteger la integridad financiera que afectan los flujos de remesas. Trabaja con los países que integran el Grupo de los Veinte (G-20) y con la comunidad internacional para reducir los costos de las remesas e incrementar la inclusión financiera de los pobres.

Conjuntamente con el crecimiento mundial previsto para 2021 y 2022, se espera que los flujos de remesas hacia los países de ingreso bajo y mediano aumenten un 2,6 % en 2021 para alcanzar los USD 553 000 millones, y un 2,2 % en 2022 para llegar a los USD 565 000 millones. Mientras que varias naciones de ingreso alto han logrado avances importantes en la vacunación de sus poblaciones, las tasas de contagio continúan siendo altas en muchas de las principales economías en desarrollo, y las perspectivas para las remesas siguen siendo inciertas.

Durante el cuarto trimestre de 2020, el costo mundial promedio de enviar USD 200 se mantuvo en un 6,5 %, una tarifa elevada que duplica con creces la meta del 3 % que se establece en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Con un 4,9 %, Asia meridional tuvo los costos promedio más bajos para el envío de remesas, en tanto que los más altos siguieron registrándose en África al sur del Sahara, con un 8,2 %. Para respaldar la infraestructura de remesas y preservar los flujos, es necesario esforzarse para reducir los costos.

Tendencias regionales en las remesas

Debido a las repercusiones negativas de la COVID-19, se estima que los flujos formales de remesas enviados a Asia oriental y el Pacífico se redujeron un 7,9 % en 2020, hasta llegar a unos USD 136 000 millones. El crecimiento positivo de las remesas provenientes de Estados Unidos y Asia en gran medida ayudó a contrarrestar el declive de las remesas desde Oriente Medio y Europa, que en 2020 cayeron un 10,6 % y un 10,8 %, respectivamente. Como porcentaje de sus respectivos PIB, los países que recibieron el mayor volumen de remesas en 2020 incluyen a muchas economías pequeñas, como Tonga (38 %), Samoa (19 %) y las Islas Marshall (13 %). Para 2021, se espera un modesto crecimiento de alrededor de un 2,1 % gracias al repunte previsto de las principales economías anfitrionas, como Arabia Saudita, Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos. Costo de las remesas: De acuerdo con la base de datos del Banco Mundial sobre el precio de envío de remesas a nivel mundial, el costo promedio de enviar USD 200 a la región disminuyó ligeramente a un 6,9 % en el cuarto trimestre de 2020. En los corredores más baratos de la región se registró un costo promedio de 3 % para las transferencias, principalmente a Filipinas, mientras que en los corredores más caros, sin incluir el de Sudáfrica a China (que es atípico), el costo promedio fue de un 13,3 %.

A raíz de las profundas repercusiones que la pandemia mundial y la debilidad de los precios del petróleo tuvieron sobre los trabajadores migrantes de toda la región, las remesas a Europa y Asia central cayeron alrededor de un 9,7 % en 2020, hasta llegar a USD 56 000 millones. Frente a las crisis de 2009 y 2015, durante las cuales las remesas enviadas a la región disminuyeron un 11 % y un 15 %, respectivamente, la crisis económica de 2020 no fue la más grave. Casi todos los países de la región experimentaron caídas en las remesas en 2020. La depreciación del rublo ruso disminuyó considerablemente el valor en dólares estadounidenses de los flujos de remesas a la región. Dada la lentitud con que se prevé que las economías de la región se recuperarán tras la crisis, se espera que durante 2021 los flujos de remesas vuelvan a caer, esta vez un 3,2 %. Costo de las remesas: El costo promedio que supone el envío de USD 200 a la región se redujo ligeramente a un 6,4 % en el primer trimestre de 2020. El país más barato del mundo para enviar remesas siguió siendo Rusia, donde el costo de los envíos pasó de un 2,1 % a un 1 %. Dentro de la región, se constatan importantes diferencias de costos entre los distintos corredores: los valores más altos corresponden a los envíos de Turquía a Bulgaria, mientras que los más bajos fueron los envíos de Rusia a Georgia.

Se estima que la llegada de remesas a América Latina y el Caribe aumentó un 6,5 % en 2020 y alcanzó los USD 103 000 millones. Si bien la COVID-19 causó una repentina disminución en el volumen de las remesas en el segundo trimestre de 2020, los envíos recuperaron terreno durante el tercer y cuarto trimestres. Aunque todavía no ha llegado a los niveles previos a la pandemia, la mejora del empleo en Estados Unidos ha permitido aumentar los flujos de remesas a países como México, Guatemala, República Dominicana, Colombia, El Salvador, Honduras y Jamaica, que reciben la mayoría de las remesas de migrantes que trabajan en Estados Unidos. Por otro lado, la delicada situación económica en España afectó negativamente los flujos de remesas a Bolivia (-16 %), Paraguay (12,4 %) y Perú (-11,7 %) en 2020. Se espera que los flujos de remesas hacia la región aumenten un 4,9 % en 2021. Costo de las remesas: El costo de transferir remesas a la región fue de 5,6 % en el cuarto trimestre de 2020. Sin embargo, en muchos corredores de remesas más cortos, los costos siguen siendo exorbitantes. Por ejemplo, el costo de enviar dinero a Cuba supera el 9 %. Enviar dinero de Japón a Brasil también es costoso (11,5 %).

Los flujos de remesas a la región de Oriente Medio y Norte de África aumentaron un 2,3 % para alcanzar los USD 56 000 millones en 2020. En gran medida, este crecimiento se debió al importante volumen de remesas enviadas a Egipto y a Marruecos. Durante 2020, los flujos a Egipto aumentaron un 11 % hasta alcanzar la cifra sin precedentes de casi USD 30 000 millones, en tanto que los flujos a Marruecos aumentaron un 6,5 %. También se registró un aumento del 2,5 % en Túnez. Como contrapartida, durante el año otras economías de la región experimentaron pérdidas, que en el caso de Djibouti, el Líbano, Iraq y Jordania estuvieron en el orden de los dos dígitos. Es probable que en 2021 las remesas que lleguen a la región aumenten un 2,6 % gracias al crecimiento moderado en la zona del euro y a los bajos volúmenes de fondos provenientes de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Costo de las remesas: El costo de enviar USD 200 a la región se redujo ligeramente en el cuarto trimestre de 2020, a un 6,6 %. Los costos varían mucho de un corredor a otro: enviar dinero de los países de ingreso alto que son miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) al Líbano sigue siendo sumamente costoso, en el orden de los dos dígitos. Por otro lado, el envío de remesas de los países del CCG a Egipto y a Jordania cuesta alrededor de un 3 % en algunos corredores.

Los flujos de remesas a Asia meridional aumentaron alrededor de un 5,2 % en 2020 hasta alcanzar los USD 147 000 millones, principalmente debido al incremento en los flujos a Bangladesh y a Pakistán. En India, el principal país receptor de la región por un amplio margen, las remesas disminuyeron apenas un 0,2 % en 2020, principalmente debido a una caída del 17 % en las remesas provenientes de los Emiratos Árabes Unidos, que contrarrestaron los flujos positivos desde Estados Unidos y otros países anfitriones. En Pakistán, donde el aumento estuvo en el orden del 17 %, el mayor volumen de remesas provino de Arabia Saudita, seguido por los países de la Unión Europea y los Emiratos Árabes Unidos. En Bangladesh también se registró un fuerte aumento del 18,4 % en las remesas en 2020, en tanto que en Sri Lanka el incremento fue de un 5,8 %. En contraste, las remesas a Nepal cayeron alrededor de un 2 %, un reflejo del declive de un 17 % que se registró en el primer trimestre de 2020. Para 2021, se prevé que las remesas a la región caerán ligeramente a un 3,5 % a raíz de una moderación en el crecimiento de las economías de ingreso alto y a una nueva caída en las tasas de migración hacia los países del CCG. Costo de las remesas: El costo promedio para enviar USD 200 a la región se ubicó en un 4,9 % en el cuarto trimestre de 2020, el más bajo entre todas las regiones. En algunos de los corredores más baratos, que se originan en los países del CCG y en Singapur, los elevados volúmenes, la competencia entre los mercados y el uso de tecnología permitieron reducir los costos por debajo de la meta del 3 % que se establece en los ODS. Como contrapartida, los costos superan con creces el 10 % en los corredores más caros.

Se estima que las remesas hacia África al sur del Sahara disminuyeron un 12,5 % en 2020, hasta ubicarse en los USD 42 000 millones. El declive se debió principalmente a la caída del 27,7 % en los flujos de remesas hacia Nigeria, que por sí solo este país representaba más del 40 % de los flujos que ingresaban en la región. Sin incluir a Nigeria, las remesas enviadas a África al sur del Sahara aumentaron un 2,3 %. Se informaron aumentos en las remesas con destino a Zambia (37 %), Mozambique (16 %), Kenya (9 %) y Ghana (5 %). Se prevé que en 2021 los flujos de remesas hacia la región aumentarán un 2,6 %, de la mano de una mejora en las perspectivas de crecimiento de los países de ingreso alto. Los datos de los flujos de remesas hacia la región de África al sur del Sahara son escasos y de calidad dispar, y mientras que algunos países todavía utilizan la cuarta edición del Manual de Balanza de Pagos del FMI en vez de la sexta, muchos otros no presentan ningún tipo de dato. En algunos países, las encuestas telefónicas de alta frecuencia permitieron constatar disminuciones en las remesas para un amplio porcentaje de los hogares, pese a que los informes de las fuentes oficiales indican aumentos en los flujos. La transición para pasar de los canales informales a los formales debido al cierre de las fronteras en parte explica el aumento en el volumen de remesas registradas por los bancos centrales. Costo de las remesas: África al sur del Sahara, donde transferir USD 200 costaba en promedio un 8,2 % en el cuarto trimestre de 2020, sigue siendo la región más cara a la que enviar dinero. Dentro de la región, que se caracteriza por elevadas tasas de migración intrarregional, es caro enviar dinero de Sudáfrica a Botswana (19,6 %), a Zimbabwe (14 %) y a Malawi (16 %).

En la Reseña sobre migración y desarrollo n.o 34, disponible en www.knomad.org (i) y http://blogs.worldbank.org/peoplemove/ (i), figura un análisis detallado de las tendencias mundiales y regionales.

Respuesta del Grupo Banco Mundial frente a la COVID-19 (coronavirus)

El Banco Mundial, una de las principales fuentes de financiamiento y conocimientos para los países en desarrollo, está adoptando medidas rápidas y de amplio alcance a fin de ayudar a dichos países a enfrentarse a los efectos sanitarios, sociales y económicos de la COVID-19. Esto incluye USD 12 000 millones para ayudar a los países de ingreso bajo y mediano a adquirir y distribuir vacunas, pruebas y tratamientos para la COVID-19, y a reforzar los sistemas de vacunación. Este financiamiento se basa en la respuesta más amplia del Grupo Banco Mundial frente a la COVID-19, que está ayudando a más de 100 países a reforzar los sistemas de salud, apoyar a los hogares más pobres y crear condiciones de respaldo para mantener los medios de subsistencia y los empleos de las personas más afectadas.